Las segundas residencias son un espacio muy vulnerable a posibles robos. Las casas en la playa, en el pueblo o el apartamento en la sierra a menudo están desprotegidas y pasan a ser un blanco fácil tanto para la ocupación como para posibles robos.
Los mismos consejos que se ofrecen a menudo en residencia habitual cuando llega la temporada de vacaciones para evitar robos deben mantenerse en la segunda residencia, que es la que más tiempo en el año permanece vacía.
Os ofrecemos algunos de ellos.
Visitas periódicas
Es importante contar con algún vecino o alguien de confianza que pueda pasarse cada cierto tiempo por la vivienda para: recoger el correo, abrir y cerrar persianas, reglar plantas e incluso limpiar un poco. Todo esto tiene el propósito de dar la sensación de que la casa está habitada.
No dejar copias de las llaves escondidas
Es una práctica habitual, esconder las llaves bajo el felpudo, dentro de una maceta, bajo una piedra. No es nada aconsejable, aunque sea una casa con jardín o un piso dentro de un bloque o complejo.
Si el problema es que hemos perdido las llaves, la solución pasa por dejar una copia al conserje de vigilancia o a algún vecino de confianza.
No llamar la atención
Uno de los mejores consejos que los cerrajeros profesionales dan para evitar robos es no llamar la atención con, por ejemplo, una puerta diferente a la de las otras casas, pues eso llama la atención de los posibles ladrones.
Comprobar siempre la cerradura
El mejor consejo siempre es cerrar bien la puerta, esto es, echar la llave y comprobar repetidas veces esta acción. Del mismo modo, hay que comprobar que el resto de puertas, ventanas o balcones están cerradas y no son accesibles para los posibles robos.