Los robos en viviendas son una constante en muchas ciudades españolas. Los delincuentes encuentran en la técnica del bumping un modo de entrada ilícita en las viviendas cómodo, que no deja rastro y que se puede realizar en pocos minutos.
El bumbing es un procedimiento que únicamente requiere la ayuda de un destornillador y una llave sobre determinados tipos de cerraduras. El problema con este método de asalto es que son muchas las cerraduras vulnerables a estos instrumentos.
En el año 2018 se calcula que el empleo de esta técnica creció en torno a un 30%. Las empresas de cerrajería y seguridad alertan de este dato y admiten que el mejor modo para evitar el bumping es optar por un cambio de cerradura menos vulnerable.
¿En qué consiste el bumping?
Esta técnica se basa en la introducción de una llave maestra en la cerradura, sobre la que se dan unos golpes que hacen que los cilindros de seguridad que componen el mecanismo de cierre se desactiven y así la puerta se abra de manera limpia.
Es un método muy discreto, no produce ruido, de modo que no alerta a vecinos de posibles intentos de robo. En España se estima que el 80% de las cerraduras tienen un mecanismo de seguridad y cierre obsoleto, vulnerable a técnicas como el bumping.
¿Cómo evitar estos intentos de robo?
Desde el sector de la cerrajería se insiste que el mejor modo para ganar en seguridad y tranquilidad en la vivienda es reemplazar los viejos cierres por sistemas de cerraduras más innovadores que incluyen protección anti-bumping.
Las cerraduras de este tipo, más actuales, están compuestas por materiales capaces de aguantar las acometidas de los ladrones. De este modo, cada vez son más usuarios los que optan por dejarse asesorar por profesionales del sector, un buen modo de ganar en tranquilidad y seguridad.