Las cerraduras sufren el deterioro habitual del paso del tiempo, del uso continuado y de las inclemencias meteorológicas y agentes externos. Un buen modo de elevar su tiempo de vida útil es mantenerlas limpias en todo momento, de modo que os mostramos a continuación algunos consejos para conseguir este propósito.
Mantener la pintura externa en buen estado
Con el paso del tiempo, la exposición al sol y las temperaturas externas acaban dañando las cerraduras. Una buena manera de evitar estas situaciones es mantener la pintura externa. Para pintar la cerradura, en primer lugar debemos usar una lija delgada para alisar la parte deteriorada y una vez alisada, pintar con un pincel y no pintar la parte interna de la cerradura.
Limpiar con grafito en polvo
El grafito en polvo es un material que se utiliza en la limpieza de cerraduras y que resulta muy eficaz y simple. Podemos encontrarlo en tiendas especializadas y su uso va a depender en gran parte del tipo de cerradura a limpiar.
Cambiar el bombín de forma ocasional
Otra forma de garantizar un mantenimiento efectivo de una cerradura es mediante el cambio de bombín de la misma. Los bombines pueden sustituirse por otros modelos más modernos y más seguros: con tecnología anti taladro, anti mordaza, antibumpling, que evite roturas o extracciones… Es preferible cambiar el bombín a tiempo que evitar su deterioro, pues tras este paso puede ocurrir un daño al mecanismo de peor solución.
Usar productos para limpiar bronce o metales
Otra fórmula para limpiar la cerradura es utilizar productos para limpieza de metales. Los cerrojos, normalmente, son de bronce, cobre o latón, de modo que usar las cerraduras con productos que limpian estas superficies, es de gran utilidad. El producto debe ser colocado sobre una bayeta y frotar sobre la cerradura de manera delicada.