El frío es un enemigo a vigilar muy de cerca, de modo que cuando va llegando el invierno y comienzan a bajar las temperaturas, es momento de ir preparándose. Una práctica a la que no mucha gente presta atención es la de realizar un buen mantenimiento de las cerraduras.
El frío también ataca estos elementos de seguridad de modo que no debe dejar de lado la idea de proteger su cerradura en invierno, pues la humedad y el frío pueden romper la llave al intentar forzar abrir una determinada puerta. Pasa con más frecuencia en automóviles y candados, pero también en alguna ocasión con bombines para puerta.
Si su cerradura está bloqueada, os mostramos algunos consejos.
Cerraduras congeladas
El principal motivo de congelación de las cerraduras es la humedad. Esto puede producirse incluso con calor fuera, pues la humedad tiene a concentrarse en el interior, si bien es más frecuente cuando las temperaturas están bajo cero.
Proteger las cerraduras de las precipitaciones
Un buen modo de proteger su cerradura es mantener el bloqueo alejado de la lluvia directa, el aguanieve y la nieve, pues el agua puede entrar en cilindro y congelarlo. Las cerraduras de automóviles, habitualmente están protegidas contra el polvo, lo que bloquea el acceso directo de la suciedad y protege el cilindro de la lluvia.
Si el bloqueo está roto, lo recomendable es reemplazarlo por uno nuevo. En la actualidad, la mayoría de los vehículos se abren con un mando a distancia, los que evita el bloqueo.
Mantenimiento con aceite
Antes de las heladas, es interesante bloquear el bloqueo de las cerraduras con lubricación a base de aceite. Esto forma una capa protectora sobre las piezas de metal y evita que la humedad congele las partes móviles con tanta fuerza.
Las puertas de acceso a la vivienda deben ser lubricadas tres veces al año: antes de las heladas, en pleno invierno y durante la primavera. Y si es posible, de manera sensual.
Finalmente, debemos elegir un buen aceite. Un tipo de aceite no indicado puede ser contraproducente.
Evitar que acumule suciedad
Otra forma de proteger su cerradura en invierno es evitar que acumule suciedad. Para eso, la llave debe estar libre de polvo en todo momento. Para quitar el polvo del cilindro, podemos optar por pulverizar aceite en el cilindro y limpiar la llave con un papel de cocina después de haberla introducido en el cilindro e ir repitiendo esta acción hasta que bombín y llave estén limpios.
¿Y si la cerradura se ha congelado?
en estos casos debemos usar aceite de cerradura para el deshielo, que ayuda a derretir el deshielo. Cuando esto se haya conseguido, hay que lubricar la cerradura.