La seguridad en la vivienda es un aspecto que siempre hay que fortalecer. En los últimos años, en muchas ciudades el índice de criminalidad se ha disparado. Esto obliga a propietarios de viviendas y negocios a interesarse por métodos extra de protección.
Ya no solo hablamos de sistemas de alarma, seguridad y video vigilancia, sino proteger la propiedad con puertas de entrada seguras y que no sean fácilmente accesibles.
Todavía en España muchas puertas de seguridad son demasiado antiguas o no cuentan con un sistema de cierre moderno que impida un fácil acceso. Para poner solución a esto, una alternativa es instalar una cerradura invisible.
El bumping como método de invasión
La técnica más habitual para acceder a viviendas y comercios es la que se conoce como bumping. Consiste en romper los bombines o cilindros de las puertas accediendo con comodidad y sin esfuerzo al establecimiento.
Para poner frente a este intento de invasión, las cerraduras cada vez son más eficientes y un buen ejemplo de ello es la cerradura invisible. Este tipo de cerradura se puede instalar en todo tipo de puertas y aportan una seguridad eficiente y fiable. Se pueden controlar a distancia mediante control remoto y su instalación es sencilla y rápida.
¿Cómo son las cerraduras invisibles?
Las cerraduras invisibles son, a ojos de los ladrones, invisibles. No tienen ni bombín ni cilindro sino que cuentan con un control electrónico que las hace más seguras e inaccesibles. Una cerradura invisible solo puede ser abierta con el mando a distancia y no se pueden hacer copias del mismo. Esto significa que puede haber varios mandos a distancia pero con encriptaciones de seguridad diferentes. Los mandos inteligentes pueden abrir hasta 8 cerraduras debidamente programadas, lo que aumenta la seguridad de cualquier lugar.
Una cerradura invisible aporta tranquilidad y seguridad al hogar, de ahí que se hayan vuelto tan populares en los últimos años.